Después de la muerte

Robin Williams después de la muerte

 

Robin Williams, después de la muerte.

Todo empezó como un sueño que después se convirtió en una vivencia, en la que estoy en presencia de él, Robin Williams: quien viste un frac negro con camisa blanca y un elegante sombrero de copa. Su cara es radiante con su característica sonrisa, que convence a todos de su buena intención.

Yo le pregunto: ¿qué haces en mi sueño? a lo que él responde: con alguien tengo que hablar lo que ahora vivo, porque aunque decidí terminar con mi vida, fue solamente una fantasía, aquí estoy, verdaderamente vivo y ya comprendí cual era mi misión de vida. Cuando estuve entre los “vivos”, conocí a mucha gente, en una enorme diversidad de problemas y que como yo, decidieron quitarse la vida.

Actualmente entiendo que el problema de vida al que cada uno se enfrenta, es la solución a lo que se debe aprender. Es la ecuación por resolver, de cada individuo.

Yo viví entre fantasías y realidades. Fui feliz en ellas, pero quería vivir más en la fantasía y crear mundos extraordinarios en donde todo era posible y lo viví en mis películas, pero yo quería que esa fuera mi vida, y las drogas y el alcohol en un principio me lo dieron, pero también me enfrenté a mundos desgarradores, sufrientes y sin esperanza; así fue como caí en depresión, sin ningún anhelo.

Sentir que nada era importante, me hizo pensar que tenía que hacer algo para dejarles un mensaje y fue precisamente mi muerte lo que les dejó el mensaje, de quien siempre soñó en un mundo ideal.

Ahora de este lado de la vida, porque esto es vida, me encuentro con otros que como yo se suicidaron y con el entendimiento que hoy tengo, tengo que ayudarlos también a entender, que los problemas son la puerta para encontrar su verdadera misión, no la carga que debe agobiarlos y llevarlos a la destrucción. Me he encontrado con muchos otros, que como yo, recurrieron a las drogas para evadir sus problemas, como la gran cantante, Whitney Houston, que con esa voz angelical cautivó por mucho tiempo al mundo, pero que por desgracia, centró su atención solamente en su sufrimiento. Las drogas la hicieron olvidarlo momentáneamente, pero también la condujeron a la muerte. Su misión era enseñar a las mujeres a ser felices, a no permitir el mal trato de los hombres. Esa gran voz pudo haberla llevado al éxito, no solamente como cantante, sino como guía de las mujeres maltratadas.

¿Sabes? también he estado con Michael Jakson, él siempre quiso negar lo que era, transformándose en una versión totalmente ajena a él. También terminó con su vida y ¿sabes qué tenía que hacer? enseñar a los niños a ser felices, pero sobretodo, enseñar a sus padres a darles esa felicidad.

Estuve también con David Carradine, quien actuó por muchos años como guerrero y filósofo, enseñando que el verdadero guerrero no ataca, sino conduce al camino de la paz, pero él tampoco entendió su misión y se desvió por la puerta falsa: el alcohol y las drogas que también terminaron con su vida. Tantos años actuando como hombre de paz, debieron haberle dejado en el alma esta enseñanza, su misión: enseñar la paz, la austeridad y ser guerrero de la vida, a través de la paz.

Puedo contarte muchísimas historias de todos, con quienes ahora hablo, convivo y entre todos sabemos, que la vida no es un azar, la vida tiene un propósito y es precisamente en los obstáculos en donde puedes entender el propósito de la tuya.

Piense cada uno en lo que tiene que hacer, viendo sus problemas, como sus maestros. Resolver el acertijo, los llevará a cumplir la misión para la que fueron creados.

Gracias por repetir lo que digo, soy Robin Williams, Patch Adams, Peter Pan, Popeye, Flubber, Mrs Doubtfire, Jumanji, un ruso en Nueva York, Jack, Mork, la sociedad de los poetas muertos, soy papá por siempre. Soy tantos personajes que quedaron en mí, y que ahora, no tengo oportunidad de presentarles más, pero sé que esto llegará a alguien que pueda hacerlo público.

Te he pedido también que se lo hagas saber a Steven Spielberg, mi amigo, y que a través de esto, le digas que lo extraño y que me gustaría mucho que hiciera una obra con este mensaje, que a todo aquél que piensa en quitarse la vida, resuelva primero el acertijo de su problema y se ilumine con su misión de vida.

Con todo mi amor. Robin.

 

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Robin Williams después de la muerte

 

 

Segundo encuentro con Robin Williams:

Es la segunda vez que te miro Robin, esta vez no traes puesto tu sombrero de copa. ¡Ah!, es que ahora el encuentro es de más confianza, pero sigo trabajando con todos estos seres que están reunidos en un gran auditorio. De pronto, Robin se para en un escenario enorme y pide a los presentes que empiecen a hacer grupos y les dice:

Quiero que hagan un grupo todas las personas que se suicidaron por haber tenido dolor físico. Veo que una gran cantidad de ellos comienzan a juntarse y a comentar sus sufrimientos. Alguno dice, yo sufrí un dolor muy fuerte en los huesos, me era casi imposible levantarme, tuve artritis reumatoide, que atacó también mis ojos, mis riñones, todas mis articulaciones y todos mis huesos. Ya no podía valerme por mí mismo. El dolor era insoportable, no estaba en paz, ni despierto ni dormido. Por lo que decidí dejarme caer por las escaleras.

A continuación otro dijo: yo tuve cáncer de los peores que hay, cáncer linfático y me dieron quimioterapias y muchos tratamientos por los que perdí el pelo y los dientes. Mi piel se tornó grisácea, además de un malestar permanente y decidí acabar con mi vida, ya no me reconocía en el espejo.

Mas atrás alguien dijo, el peor dolor fue el mío, tuve cáncer de piel y mi piel se descamó, quedé expuesto al roce de cualquier cosa, hasta del aire. La sensación era horrible, no había barrera entre lo que soy y el exterior, la gente huía de mí, con horror, viéndome como a alguien monstruoso, el rechazo de los demás me hizo tomar la decisión, lo mejor es terminar con la vida.

Uno a uno fueron narrando los horrores de su existencia, debido al gran dolor físico que sufrieron, miles de casos, miles de ejemplos a lo que Robin interrumpió. Por favor hagan otro grupo que haya tenido sufrimiento psicológico, que los llevó al suicidio.

El primero en saltar fue un joven que dijo: mi novia me dejó, ¿cómo seguir viviendo así? pues claro, me corté las venas y aquí estoy.

Otro más dijo: yo estuve en la cárcel tres veces y ahí me torturaron, aunque yo conocía las drogas, conocí nuevas ahí y las consumí, pero como todo en el mundo, siempre hay que pagar. Yo pedía dinero a mi familia, pero cuando no me lo daban sufría muchas torturas, que me llevaron a la desesperación y me ahorqué con lo único que tenía, mis pantalones.

Y alguien más dijo: el verdadero sufrimiento está en la soledad. Yo viví en un asilo, y por años me senté cerca de la puerta, esperando que alguien me visitara, incluso dejaba de ir a comer con mis compañeras, pensando que no me encontraría quien llegara a verme, así pasaron muchos años y nadie fue. Un día decidí tomarme el resto de todos los medicamentos que tomaba diariamente y fueron puñados de ellos, los que me tomé. Y a lo lejos escuchaba a mis compañeras que me gritaban. ¡Estercita! ¿estás bien? Ya se fueron las demás al rosario y a las del primer piso las llevaron de excursión, solamente quedamos nosotras. Vámonos a la clase de pintura, pero yo no hice caso, estaba muy ocupada tomándome todas las pastillas que quedaban.

De pronto se volvió a oír la voz de Robin, quien dijo:

Por favor, por favor. Hagan un último grupo que necesitamos.

Los que hayan tenido sufrimiento espiritual.

Vi que era increíble la cantidad de personas que se pararon para juntarse en este enorme grupo, todas tenían el desencanto y la tristeza en la cara y entre murmullos distinguí algunas palabras.

¡Nunca entendí qué es Dios! a mí nunca me escuchó. Yo siempre estuve rezando, pero Dios nunca solucionaba mis problemas. Hice muchos sacrificios y le otorgué ofrendas, pero Él no me escuchó. Le prometía hacer cosas, si Él me daba lo que le pedía. Definitivamente Dios no es para mí.

Otros más afirmaban con mucha fuerza. ¡Dios no existe, eso es mentira!...

Súbitamente este gran salón atestado de gente se iluminó con una luz radiante, que además de que generaba un cálido ambiente, irradiaba paz. Yo no entendía de qué se trababa, hasta que poco a poco vi su rostro y era Jesús, quien nos miraba a todos con un gesto amable de amor y compasión, y con una dulce voz dijo:

Nuestro Padre no castiga a nadie, ni deja de escucharlos, ni necesita ofrendas o regalos para hacerlo, ni se goza de sus sacrificios y sus sufrimientos. Él siempre está presente en todos, con un gran amor y con toda la disposición para guiarlos a la felicidad, pero los humanos han perdido el contacto entre su conciencia y su Espíritu, no logran escuchar el llamado a la paz y la armonía; al amor de nuestro Padre y no han entendido que los problemas no son castigos, sino eventos generados por ustedes mismos.

Los problemas no existen, son solamente aprendizajes, que si ustedes logran entender, podrán superarlos como regalo de vida para encontrar su misión. Cuando las personas logran resolver esta ecuación, se convierten en maestros de los demás y sus problemas se transforman en un camino de servicio incondicional.

Nuestro Padre los espera con los brazos abiertos, cuando todo esto sea entendido.

De pronto la Madre de la Humanidad se hizo presente y también habló diciendo:

Hijos, yo los consuelo e intercedo por ustedes, en cada uno de sus días yo estoy siempre acariciándolos y esperando que entiendan el motivo para el cual nacieron.

Por ahí se asomó también Ghandi diciendo:

No busquen las diferencias, ámense en la igualdad, todos los seres son hermanos.

Y Mahoma desde los grupos que se arremolinaban, gritó:

Sí, hombres y mujeres son iguales, todos son hijos de Dios. Todos merecen lo mismo, ENCONTRAR LA LUZ. (Perdón por las mentiras que les dejé, que tanto daño, sufrimiento y muerte han provocado a la humanidad).

Buda sentado en el escenario agregó: encuentren la paz en su interior y el amor se hará presente, mientras John Lennon, muy animado cantaba: Todo lo que necesitan es amor y añadió: yo no me suicidé, a mí me mataron igual que a Ghandi, pero creo que ambos transmitimos un mensaje de paz y amor. Algunos todavía nos recuerdan.

Robin estaba maravillado por lo que observaba, no solamente estábamos él y yo, en compañía de tanta gente, que se había quitado la vida, sino que estábamos verdaderamente ante la presencia de NUESTRO CREADOR, quien nos confirmó que no existen los problemas, sino que son oportunidades que generamos con nuestro actuar, para entender nuestra misión de vida y que nadie tiene porqué terminar con ella, con un suicidio, negándose la felicidad de encontrar el verdadero amor.

El amor a toda la humanidad.

Casi a punto de despertar, en la penumbra de mi cuarto me encontré en ese estado intermedio entre el sueño y la vigilia, en el que no tienes la certeza de en dónde te encuentras, ni de quién eres.

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Tercer encuentro:

¡Otra vez tú, Robin!

Empecé a tomar conciencia de que estaba soñando, no sé en qué, pero de pronto apareció él, con su típica sonrisa y sus bromas: oye, que esto no se acabe en una noche, dicho sea de paso, aquí el tiempo no existe, todo es aquí y ahora. No te creo, le dije, si estoy viendo a John Lenon, a Gandhi, a Zoroastro, “al mismísimo Jesús”, a ti que ya te moriste. No, definitivamente no te creo.

A eso me refiero, insistió Robin, todos estamos conviviendo en el mismo tiempo espacio.

¿Cómo es posible? pregunté, si cada uno corresponde a diferentes tiempos. No, todo se une en un presente continuo. ¡Ah! si se continua, ya es futuro y si tiene un principio, ya es pasado. Bueno, respondió Robin: poco a poco vas a entenderlo, como me pasó a mí, yo era igual de necio que tú. Pero vamos a mirar lo que ahora quieren mostrarnos, algunos de los que ya lo entendieron.

No podía creerlo, ahí estaba el mismísimo Sócrates, sí, el filósofo griego, no la mascota de la vecina que sale cada mañana corriendo y a quien su dueña llama elegantemente “Sócrates, regresa”.

Era Sócrates en persona, y tímidamente le pregunté: ¿qué haces tú aquí? a lo que respondió: yo también soy parte del proyecto “humanidad despierta”, ¡a caray! yo pensé que solamente habían suicidas y grandes maestros que dan consuelo. No, yo quiero explicarles lo que significa la desconexión con su Espíritu; la falta de conciencia, así como el pensamiento analítico. ¡Huy! eso va a estar muy complicado, pensé.

Su cara redonda y asimétrica sonrió amablemente y dijo: no, yo logré entenderlo después de mucho pensar, creía que el pensamiento lógico lleva siempre a conclusiones concretas y pensaba que la humanidad se divide entre los que están despiertos y los que permanecen dormidos, pero quiero explicar con mis experiencias de los últimos días de mi vida lo que sé ahora.

Recordarás que fui maestro del pensamiento lógico, y tuve muchísimos seguidores de diferentes épocas, a quienes enseñé a pensar y a encontrar respuestas mediante la lógica, de que una respuesta te lleva a otra pregunta y así sucesivamente, hasta dar a luz a la verdad pura.

Pero cuando fui condenado a un suicidio involuntario, que no es lo mismo que la eutanasia, porque yo quería seguir viviendo, escuché la voz de la autoridad decirme: “tomarás cicuta al amanecer”, decidieron mis detractores, esos a los que siempre les da miedo que las masas piensen y fomentan la ignorancia, pues es más fácil dominar a un pueblo ignorante que a uno que piensa. ¿Te suena, lo has vivido también?

Claro, dije, ahora entiendo el actuar de los políticos, no solamente en tu época, sino también en la mía. Efectivamente, hay muchos vicios humanos que requieren miles de años para erradicarse, y eso sólo se logra con la tan temida evolución masiva.

Bueno, regresemos a la cicuta, dijo Sócrates. Daban vuelta en mi cabeza muchos pensamientos, tratando de encontrar uno, que me mostrara la lógica de la muerte; sin embargo, se presentaron el miedo a morir y al dolor que me causaría este veneno por lo que sentí pavor. Con gran dificultad me sobrepuse, mediante la lógica y me dije, después de todo, va a ser rápido. Mas de pronto entendí que solamente percibía la razón en mis pensamientos y que en este momento en el que se me presentaba la sin razón de la muerte, había una parte de mí que me hablaba y no era con palabras, sino con una sensación que no conocía. Era una paz sostenida, que no emanaba del razonamiento y nuevamente quise explicarla con la razón.

¿Cómo es que estoy tranquilo ante mi inminente muerte y ¡fum! se esfumó la paz. Comprendí que no es la razón pura la que proporciona paz al ser humano, sino el vacío que crea el silencio interior. ¡Ah! entonces debo parar las vueltas que da mi cabeza, y más fuerte ahora se presentó la angustia.

Poco a poco fui dejándome arrastrar por el silencio de mi vacío interior: vacío, vacío, vacío, y entonces una luz muy semejante a la que irradia Jesús ahora, abarcó todo lo que soy.

Entendí que en el vacío del juicio, de la lógica y de las emociones, podía encontrar la paz y la armonía con todo. Y aquí estoy con ustedes, contándoles lo que ya no pude decirles a mis alumnos: ¡Dejen de hacerse bolas con los pensamientos y los juicios! Ignoren sus emociones y dejen de buscar la verdad mediante el razonamiento lógico, y fluyan con lo único verdadero: su esencia silenciosa y pura. Entonces comprendí que sólo sé que no sé nada.

Se escucharon los aplausos que provenían de un rincón del auditorio al aire libre, en el que el cielo era azul turquesa, con algunas nubes blancas que se movían como pequeñas manadas de ovejas.

¡Bravo! dijo el Buda de la compasión, ¡bravo! estoy de acuerdo contigo, es sólo en la vacuidad de la mente, en donde residen la paz y la trascendencia del ser humano.

Todos los que ocupaban su lugar en el auditorio tenían cara de ¿what? y alguno más atrevido que el resto levantó la mano y dijo:

¿Alguien me lo puede volver a explicar?

Con todo mi amor, dijo Jesús, ahora les explico de su múltiple dimensionalidad y de los diferentes cuerpos que habitan.

Oye, dijo otro del quórum, no vengas con términos domingueros ni del diccionario. Se oyeron tremendas carcajadas a las que se unió Jesús con buen humor.

No, lo que pretendo es que sepan que no solamente habitan en la dimensión material; es decir, que además de que viven mediante su cuerpo físico, este es el vehículo que aloja a otros cuerpos sutiles, para que puedan cumplir su misión de vida.

Otro tipo que perdió la timidez, dijo: ¡por Dios! ¿qué son los cuerpos sutiles?

Alguien del público contestó: che, son como el disco duro, el blando y la fuente de poder de tu ordenador, a lo que otro replicó, jilipoyas, son el hardware, el software y la fuente de poder, coño.

Jesús que comprende muy bien la condición humana, estaba divertidísimo escuchando al público cibernauta, mientras la mayoría de ellos enviaban mensajes, whats up, twiters y toda clase de chucherías, desde sus sofisticados y hasta “made in China”, aparatejos.

Bueno, dijo Jesús, creo que todos tienen razón, efectivamente existen diferentes cuerpos, similares a algunas estructuras de las computadoras: hay un cuerpo que guarda toda la información de todas sus vidas y es el alma personal. También hay un cuerpo de emociones que almacena todas aquellas, que experimentan en sus vidas, que cuando son nocivas, como el odio, el rencor, el egoísmo o el resentimiento, pueden dañar al cuerpo físico, manifestándose como diferentes síntomas o enfermedades, pero que por otro lado, también pueden enseñarlos a vivir de otra forma más agradable, aunque la mayoría de los humanos no lo comprende y continúan con sus emociones tóxicas, que agravan su estado de salud, pudiendo llevarlos hasta la muerte. Aunque la buena noticia es que hay quienes logran entender el mensaje de su enfermedad, aprenden de ella y sanan no solamente su cuerpo físico, sino también su alma.

Y ¿qué creen? que también tienen un cuerpo de luz o cuerpo Espiritual, que es a imagen y semejanza del Creador; por lo tanto, es inmutable, y los acompaña toda la vida y todas las veces que decidan reencarnar, hasta que sean conscientes de que coexisten con este cuerpo y entonces logren la Iluminación, que no es otra cosa que terminar con su oscuridad.

¿En qué consiste la oscuridad? Preguntó un anciano encorvado. ¿Es igual que la noche en la que hay que esperar a que amanezca, o hay que prender la luz como en casa, cuando oscurece?

Más bien es como lo segundo, dijo el Maestro, ya que prender la luz es voluntario y quien desee hacerlo, solamente tiene que mirarse interiormente y reconocer todas aquellas partes que lo conforman y que quisiera ocultar, aun a su propia vista, ya que no le agradan, pero una vez que son reconocidas, pueden modificarlas poco a poco, hasta llegar al equilibrio. Por ejemplo, si alguien ya se dio cuenta de su crueldad con los demás, podrá poco a poco,ser amable, hasta sustituir la crueldad por amabilidad. Si cada día reconocen un defecto y lo solucionan, pronto irán perfeccionándose y encenderán su luz interior.

Pero eso no es todo, dijo Jesús, a la vez que poseen todos los cuerpos que les mencioné, cada uno de ellos habita en diferentes niveles vibratorios o dimensionales, es decir, todos ustedes son seres multidimensionales.

¿Al mismo tiempo? le preguntaron a coro. Sí, tanto existen en el plano físico, como en el emocional, el mental y el Espiritual, por nombrar algunos de los más conocidos por ustedes.

¡Ah caray! y ¿cómo es que no los sabemos todos? agregó una señora de pelo rojizo que miraba a Jesús con mucha atención.

Es cuestión de tomar conciencia, mediante el contacto de su pensamiento con su alma, que es la brújula que los guía para mejorar sus acciones y poco a poco puedan develar el manto que oculta a la presencia Divina en ustedes: su Espíritu.

Y todo eso, ¿para qué nos sirve? dijo un joven mal humorado que ya se había aburrido y estaba comiéndose las uñas.

Precisamente, contestó el Maestro, para que encuentren la alegría en cada acción de su vida, y poco a poco el sentido de todo lo que hacen, y principalmente entiendan cuál es su misión, si continúan esta línea, también tendrán la certeza de a dónde habrán de ir al morir.

Mientras todo esto transcurría, Robin caminaba inquieto por el escenario, agitando su varita mágica de juguete y pateando y cachando su sombrero de copa. Jesús volteó y le preguntó:

¿Qué te inquieta Robin?

Todo, dijo él. Y es que cada niño que nace debería contar con un manual de procedimientos para conocerse a sí mismo, ser feliz y realizar su misión de vida y claro, remarcó con su mano: iluminarse.

Todos rieron con esta puntada de Robin y Buda y Zoroastro le respondieron, no es tan fácil mi amigo. No, recalcó Sidharta, yo pasé muchos años buscando afuera lo que siempre estuvo dentro de mí: la luz clara de la mente pura.

¿Luz clara? ¿como el switch de la luz? Exacto, dijo el Buda. Basta con mantener tu paz, día a día, para encontrar el switch, pero para encender la luz también necesitas eliminar todos tus apegos, así dejarás de sufrir y como último ingrediente, tendrás compasión por ti mismo y por todo ser viviente:

Ahora sí Robin. Luces, por favor. Pronto varios reflectores iluminaron a Robin que continuaba deambulando por el escenario, ahora sí, ya entendí, debo eliminar mis apegos y dejar de preocuparme tanto por lo material, ser más austero en mis emociones, porque ¡ah! cómo las padecí: desde grandes momentos de euforia, en los que no cabía en mi cuerpo, hasta depresiones en las que quedé completamente vacío y todo por querer ser reconocido y aclamado.

Jesús con mucha compasión le dijo: veo que ahora has comprendido muchas cosas, sólo te recuerdo que los apegos no son solamente materiales, también pueden ser emocionales o sicológicos y a veces pueden también convertir a alguien en su ídolo, mas cuando éste los desilusiona, se derrumban y pierden el sentido de su vida: puede ser su pareja, un hijo, un amigo, un padre, hasta un futbolista, o alguna persona muy amada que muere y lo sufren grandemente. Sus pérdidas son enormes, no por lo que ya no tienen, sino por sí mismos; es decir, no sufren por lo perdido, sino porque ya no lo tienen más.

El verdadero amor, debe ser libre, sin ataduras ni condicionamientos que alimenten su ego. Cuando puedan amar así, podrán eliminar la aversión que les causa el apego de lo que algún día les dio placer y dejarán de ser esclavos de sus placeres.

Pero así es el amor, gritó una hermosa joven de ojos verdes y cuerpo escultural. Mi esposo me daba todo lo que yo pudiera pedir, cumplía todos mis deseos, yo sólo tenia que pedir y pedir… pero después de 3 años de tanto amor, dejó de escucharme, de cumplir mis deseos y hasta dejo de mirarme; descubrí que tenía una aventura con otra mujer, poco agraciada y sin ambición “no le pedía nada” no pude comprender por qué pasan estas cosas, siendo yo tan hermosa y ella tan tan insignificante. Lo amenacé con suicidarme y se río de mí, entonces decidí tomarme toda una caja de aspirinas, pero solo gané una gran úlcera gástrica; después pensé ¡ah! voy a tomar somníferos y lo único que logué fue dormir durante 3 días, hasta que ideé una forma más impresionante para llamar su atención, y cuando escuché que llegaba a casa, me metí en la tina del baño y corté mis venas, esperando que él me encontrara y así recuperar su atención, pero no contaba con qué él volvió a salir. Y aquí estoy, me suicidé, sin la verdadera intención de hacerlo, sólo quería recuperar su amor, pero fui yo la mas sorprendida, aquí estoy en medio de todas estas pláticas, que a decir verdad, están abriendo mis ojos.

Entonces se escucharon voces a coro, tanto del público, como de los maestros que explicaban con tanta precisión: eso no es amor, a lo que ella contestó, antes de escucharlos, yo pensaba que lo era, que cuando alguien te sirve incondicionalmente, es porque te ama.

No, dijo Jesús, hay una gran diferencia entre el servilismo por miedo a perder al ser amado y el servicio a quien lo necesita, esto es compasión. Quien sirve con compasión, tiene amor, quien pide con humildad recibe con amor.

¡Huy qué difícil! Volvió a decir la ojiverde, entonces ¿cuál es la gracia de tener una pareja?

¡Amarse! contestaron todos, no aprovecharse de su necesidad de creerse amado. Bueno, bueno, trataré yo misma de cumplir con mis expectativas. Claro, dijeron los maestros, todos deben ser autosuficientes en lo material, en lo emocional, en lo psicológico y si entienden todo esto, también lo lograrán con su alma y conquistarán la luz de su Espíritu, que los guiará. Dijo muy emocionado Buda: eliminen los apegos y dejarán de sufrir, no solamente los apegos externos, también los apegos a sí mismos: el ego, la vanidad, el hedonismo, el confort; renuncien a la incesante búsqueda del placer y vivan con indeferencia cuanto les toque vivir: la enfermedad, el sufrimiento y la muerte, así como todo lo inevitable; haciéndolo con su mejor actitud. Hagan lo mejor que puedan, ante estos eventos de su vida, que dicho sea de paso, someten al ser humano, pero también pueden ser la llave que libere a su Espíritu.

Acabo de comprender, por qué no nos entregan un manual de procedimientos o instrucciones, o al menos una pequeña garantía cuando nacemos, dijo Robin. Cada ciclo de vida es diferente y cada uno de nosotros tenemos diferentes retos por aprender, también entiendo que cada quien tiene una misión que debe descubrir por sí mismo. ¿Estoy en lo cierto? preguntó y se volvió a mirar a los maestros. Quienes le devolvieron una compasiva y amorosa mirada y le comunicaron que tendría que continuar su trabajo con los suicidas, hasta agotar el karma que generó, como renunciante de la oportunidad de vida que se le otorgó y que cuando estuviera listo, podría volver a la Tierra a continuar aprendiendo, pero quizá también como maestro.

¡Bravo! contestó, entusiasmado. La próxima vida la aprovecharé al máximo.

Agradecimientos:

Doy las gracias a los grandes maestros que nos dan este hermoso regalo de guía, sabiduría, paz y amor.

Gracias Jesús, Buda, Zoroastro, Sócrates, Madre de la humanidad: Virgen María, gracias por su generosa aportación. Gracias a John Lennon por la música que nos alegra con amor. Gracias por tus sabias palabras Gandhi.

A todas las personas que optaron por terminar con su vida antes de descubrir su misión y que ahora se encuentran en proceso de entenderla. ¡Gracias!, porque con su ejemplo muchos otros, decidirán continuar viviendo, aun en los problemas más difíciles y encontrarán a través de ello su misión, pero ante todo, la alegría y el agradecimiento de vivir en este maravilloso planeta llamado Tierra.

Gracias a Miguel Ángel que hace posible, mediante sus conocimientos cibernéticos que toda esta información llegue a todo aquél que quiera recibirla.

A ti Robin, te estaré siempre agradecida y honrada con tu amistad y tu versátil manera de mostrarme tus experiencias. Te deseo, la próxima vida sea llena de amor, felicidad y que continúes enseñándonos con esa manera filosófica y a la vez juguetona de mirar al mundo. Gracias, con todo mi amor: Sara.

(2 de noviembre de 2014).

PD actual 1143

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo habito en el interior de todos y cada uno de ustedes

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